En esta hora en que se cierra el diario Público, casi cuatro meses después de haber silenciado mi columna sin previo aviso, sólo me queda recordaros que este país es a partir de hoy todavía un poco más triste y un poco más facha. A todos los trabajadores del diario que hoy han perdido su puesto de trabajo les deseo mejor suerte y que lleven consigo la semilla de la libertad y del progreso intelectual, y la esparzan generosamente en nuevos proyectos. Suerte.
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